Tenemos que fijar un tiempo en nuestra agenda diaria para practicar para aclarar nuestros pensamientos, esto es crucial. Meditar todos los días. Aplícalo continuamente durante el día. Si no, sería imposible estar en paz y tranquilidad.
¿Te has sentido de repente irritado, enfadado o ansioso? ¿Has gritado sin motivo a alguien de tu entorno? Un compañero de trabajo te dice algo y explotas. O te sientes de repente increíblemente enfadado con tu mujer, marido o tus hijos. Por favor, recuerda manejar tus emociones. Es decir, utiliza tu técnica para calmarte. No andes enfadado, ocúpate inmediatamente de practicar tu técnica, medita. Haz tu ejercicio de respiración, bebe un vaso de agua fría, pasea por la habitación o el pasillo para liberar la tensión y si todavía te sientes enfadado vete a dormir. Al igual que un ordenador, apágalo y duérmete. Cuando te despiertes te sentirás más tranquilo. Otro ejemplo que también aparece mucho es la ansiedad: ¿te has sentido ansioso y vas a comprobar dos o tres veces que has apagado la estufa? ¿O que tu coche está cerrado? Y después de comprobarlo te vas sintiendo todavía un poco inseguro de haber apagado la estufa o de haber cerrado el coche. Sé consciente de lo que hay en tu mente.
Los pensamientos son poderosos. Recuerda que los pensamientos son almas. Por ejemplo, que Dios no permita que un día entres en la cocina y encuentres los platos sucios que tu pareja prometió lavar la noche anterior. Una simple mirada tuya con un pensamiento desagradable hace el mismo daño que las palabras dañinas, corta igual que la hoja de un cuchillo. Así que asegúrate de tener la mente en calma. Haz tus ejercicios de respiración. Tienes las técnicas para calmar la mente. Hay que estar en aplicación constante durante todo el día. Si hubieras estado en tu aplicación continuamente entonces cualquier situación que se presentara frente a ti, habrías sido capaz de manejarla más rápidamente porque habrías estado más calmado. Así que asegúrate de que tu mente esté en silencio y siempre esté aplicando. Tu pareja lavará los platos a tiempo sin que tengas que pedírselo. Sólo aplica y no esperes a que lo haga. Deja de lado las expectativas. Conquístate a ti mismo primero y luego nunca tendrás que pedirle a tu cónyuge que lave los platos sucios.
Las palabras son poderosas. Por ejemplo, en el trabajo, un grupo de compañeros empieza a chismear sobre el vestido corto de otra compañera. ¿Te imaginas cuántos pensamientos, almas, están entrando y saliendo, es como un Mardi gras, un carnaval ahí en la mente. Cuando se chismorrea la voz lleva una frecuencia que puede ser muy dañina tanto para los que están haciendo el chisme como para la persona de la que están chismorreando. Sin contar el daño que todos están haciendo al medio ambiente. Por favor, no te entretengas con los chismes. La energía fluye hacia donde va la atención.
A veces pensamos y hablamos demasiado. Discutimos demasiado sobre cualquier cosa y sobre todo. Por favor, evita crear con tus palabras y pensamientos un caos innecesario o crear un ambiente sofocante para nuestros seres queridos y todos los que nos rodean. Asumamos la responsabilidad. Silenciemos nuestra mente. Hay que trabajar en el interior para cambiar el exterior. Conquístate a ti mismo y traerás armonía a tu entorno.
‘El Todo está dentro del Individuo y el Individuo está dentro del Todo’.