Hoy en día estamos tan acostumbrados a reaccionar a una situación en vez de adoptar un método proactivo. Vemos que algo ocurre delante de nosotros, nos formamos una opinión sobre la situación (lo que causa más daño), esperamos hasta que llegamos a casa, y entonces intentamos hacer nuestras técnicas de aplicación para mejorar la situación para toda la humanidad. Además, normalmente meditamos o aplicamos nuestras técnicas para mejorar las situaciones que percibimos como malas, y no utilizamos nuestra aplicación para lo que percibimos como bueno.
Pero, ¿por qué tenemos que clasificar todo como bueno o malo, por qué no puede ser simplemente?
Tenemos que empezar a aplicar nuestras técnicas a todo lo que percibimos: vivir en un estado meditativo. Es decir, en otras palabras: aplicar continuamente. Enviar energía al despertador que nos ha levantado por la mañana, a la taza de café que nos tomamos, a nuestros hijos, a las casas que pasamos de camino al trabajo, a nuestros jefes, pero también a nuestros pensamientos y a nuestras emociones. Buenas o malas. Estar continuamente aplicando es la única manera de ayudar a toda la humanidad.
Quizás pienses que esta pequeña tarea es muy fácil. Sin embargo, te animo a que apliques continuamente a partir de ahora mismo. Quizás no sea tan fácil como pensabas en un principio.
Como ha dicho el Maestro anteriormente: estas técnicas son muy simples, sin embargo, que no son fáciles.
Reflexión de la semana: ¿Cuál es la diferencia entre simple y fácil? ¿Podrías explicarlo con un ejemplo?